Carlos Vela, Erramun, opinión
El Cura y la Vela
En una Iglesia muy animosa un joven sacerdote ofrecía sermones cargados de esperanza e ilusión. Sus fieles acudían con fervor guiados por el mensaje de fe y alegría de sus monaguillos.
Pero una tarde de invierno, los sermones se empezaron a repetir, los monaguillos faltaban a la palabra de las homilías y las "ostias" empezaron a tomar repercusión.
En la zozobra, los Superiores del joven sacerdote decidieron concederle dos años más de trabajo para enderezar el rumbo de la predicación y consolidar su carisma, pero el mensaje caduco y los sermones tristes acabaron por desquiciar a los feligreses que no creyeron en la palabra del locuaz párroco.
De repente una corriente de aire malvado amenazó con apagar la "Vela" que iluminaba su halo de esperanza e intentó evitar que la llama se extinguiera pero... no estaba en su mano y ya era tarde para cambiar de sermón.
Moraleja. El párroco se quedó sin "Vela" y la Iglesia sin luz y sin la fe de los feligreses.
Por Erramun
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