Erramun, Jagoba Arrasate, Real Sociedad
Cuando aparece la garra...
Aunque la mona se pinte de seda,
mona se queda, y es que no hay mejor frase popular que se asemeje al
estatus de Jagoba Arrasate en el banquillo de la Real. Perdiendo 3-0
en Rusia con la correspondiente eliminación europea, fracaso
estrepitoso, cubriendo de sucio lodo el escudo del Club o ganando al
Real Madrid, quizás por demérito merengue o por arrojo de casta
blanquiazul, el entrenador donostiarra impregna de tristeza con su
inerte postura, manos en los bolsillos y mirada al limbo, cualquier
aliento de recuperación emocional.
Ayer en Anoeta una mala
alineación, porque no se puede seguir apostando por Elustondo para
el puesto de central, evidenció que a balones parados Ramos rematara
sin oposición hasta el deleite del caño de Bale más propio de
patio de colegio que de profesionales, en el segundo gol.
La Real estuvo a merced del
Madrid durante 25 minutos en los que dirigidos por Ancelotti jugaron
al gato y al ratón, consiguiendo dos goles y creando claras
oportunidades de gol, bien atajadas por un gran Zubikarai y los
palos.
Después de la pitada a los
locales, del run-run constante, se echó mano de la garra, de la
casta y se peleó hasta conseguir una remontada histórica que además
de tres puntos, ofrece al equipo gipuzkoano un periodo de paz y de
posibilidad para subsanar errores de cara al parón liguero.
Pero mucho tienes que cambiar
las cosas para que la imagen se mantenga y la casta se imponga en
cada encuentro porque el patrón, el que está al timón de la nave,
ni sabe, ni puede navegar.
Aplauso para los futbolistas
que ayer brindaron una gran victoria a su público, pero al mismo
tiempo pitada y tirón de orejas a los mismos que hace 4 días, o no
quisieron o no supieron hacer lo mismo en Rusia, porque saber, saben
y lo han demostrado.
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